

"Mario perdió la batalla, nosotros, sus amigos, sus lectores, también. Restará la memoria, restarán los libros, pero, en este momento, memoria y libros casi nos parecen poco", escribió el Nobel de Literatura José Saramago en su blog El cuaderno de Saramago.
El escritor lusitano agrega en un breve mensaje aparecido este lunes sobre la muerte del uruguayo: "La cabeza nos dice que no hay milagros, pero el corazón insiste en creer que un milagro de vez en cuando, además de no alterar el orden del mundo, vendría bien como compensación por las inevitables tristezas de la vida. En el fondo, queríamos creer que la lectura de los poemas de Benedetti, puesta a correr alrededor del mundo, haría retroceder a la muerte que le amenazaba".
El dolor y la tristeza no se aliviarán tan pronto. Estaba Mario Benedetti y dejó de estar, concluye Saramago.
Apenas el 4 de mayo pasado, el autor de Ensayo sobre la ceguera también había posteado un texto titulado precisamente "Benedetti" en el que expresa la preocupación por la salud del poeta: "(¿Qué?) podíamos hacer... ¿Rezar una oración por su pronto restablecimiento, si con eso no fuésemos a provocar la ira laica de Mario?
"¿Qué era, en verdad, Mario Benedetti, qué había sido él en toda su vida, mucho más que las múltiples profesiones ejercidas? Poeta. Entonces arranquemos sus poemas de la inmovilidad de la página y hagamos con ellos una nube de palabras, de sonidos, de música, que atraviesen el mar atlántico (las palabras, los sonidos, la música de Benedetti) y se detenga, como una orquesta protectora, delante de la ventana que está prohibido abrir, acunándole el sueño y haciéndolo sonreír al despertar", agregó en aquella ocasión.
Por separado, el también uruguayo Eduardo Galeano consideró que su amigo Mario Benedetti era "un escritor generoso que celebraba el éxito de los demás".
Galeano dijo hoy lunes que "el mundo nos obliga a desconfiar del prójimo; el prójimo es un peligro que nos amenaza".
Pero "Mario Benedetti creía en otro mundo posible y era el raro caso de un escritor generoso que celebraba el éxito de los demás", agregó el autor de Las venas abiertas de América Latina.
En tanto, el poeta y el escritor nicaragüense Ernesto Cardenal y Sergio Ramírez, respectivamente, lamentaron la muerte de su amigo y "hermano", el uruguayo Mario Benedetti, Cardenal, sacerdote y ex ministro de Cultura en los años 80, se declaró consternado por la noticia porque "quería tanto a Mario, era como un hermano mío, no puedo decir nada ahora, nada más que estoy muy dolido".
Amigos desde los años 70 cuando se conocieron en Cuba, Cardenal afirma que con Benedetti "quedamos muy vinculados" en larga amistad, "escribí bastante sobre él y él (Benedetti) sobre mí", aseveró el sacerdote nicaragüense en declaraciones al diario local La Prensa.
Lo describió como una persona "sencilla, humilde, fue solidario con la revolución sandinista cuando la tuvimos y cogió distancia totalmente cuando ya la perdimos" en las elecciones de 1990, dijo.
El poeta uruguayo, junto a grandes escritores latinoamericanos solidarios con Nicaragua, visitó Managua durante la revolución sandinista (1979-1990).
Por otra parte, el novelista y ex vicepresidente en los años 80, Sergio Ramírez, apuntó que admiraba su capacidad de atraer a los jóvenes a sus recitales como lo haría una estrella de rock y "le pedían poemas como quien pide canciones".
"Esto que la poesía puede llegar de manera masiva, me impresionó mucho de parte suya. Es la aspiración de todo escritor, estar en el alma de los muchachos y que se enamoren o se consuelen. Cumplió su meta: hacer algo por los demás", puntualizó.
(La Jornada, 18/05/09)

A veces me siento
como un águila en el aire.
-Pablo Milanés
Unas veces me siento
como pobre colina
y otras como montaña
de cumbres repetidas.
Unas veces me siento
como un acantilado
y en otras como un cielo
azul pero lejano.
A veces uno es
manantial entre rocas
y otras veces un árbol
con las últimas hojas.
Pero hoy me siento apenas
como laguna insomne
con un embarcadero
ya sin embarcaciones
una laguna verde
inmóvil y paciente
conforme con sus algas
sus musgos y sus peces,
sereno en mi confianza
confiando en que una tarde
te acerques y te mires,
te mires al mirarme.
Transgresiones
Todo mandato es minucioso
y cruel
me gustan
las frugales transgresiones
Por ejemplo inventar el buen
amor
aprender
en los cuerpos y en tu cuerpo
Oír la noche y no decir
amén
trazar
cada uno el mapa de su audacia
Aunque nos olvidemos
de olvidar
seguro
que el recuerdo nos olvida
Obedecer a ciegas deja
ciego
crecemos
solamente en la osadía
Solo cuando transgredo alguna
orden
el futuro
se vuelve respirable
Todo mandato es minucioso
y cruel
me gustan
las frugales transgresiones.
Test
Hoy me hicieron un test/ el decisivo
tengo alergia a la nuez al humo al polvo
a la estremecedora belleza de la iguana
y al concierto de piano de rachmáninof
a las bruscas galernas de noviembre
y al importuno celo de los oportunistas
a la oculta violencia de los conciliadores
al papamóvil y a las pompas fúnebres.
hoy me hicieron el test/ todo está claro
tengo alergia a la soja al ácaro y al moho
a risas y sonrisas de hienas y giocondas
a la mano que esconde napoleón bonaparte
a la otan el usis el kgb y la cia
y al inútil paraguas contra el viento
al débil sindicato de los zánganos
y al matriarcado de la abeja reina.
hoy me hicieron el test/ al fin me entero
tengo alergia al coñac/ al tomate/ al tanino
a los monos en jaulas/ al doblaje en el cine
a la picana eléctrica/ a la hora del ángelus
y hasta a los presidentes con pulcro bisoñé
al opus dei y a los posmodernistas
a los gaudeamus y a las cuchipandas
y/ no faltaba más/ a los tests sobre alergias.
Chau número tres
Te dejo con tu vida
tu trabajo
tu gente
con tus puestas de sol
y tus amaneceres.
Sembrando tu confianza
te dejo junto al mundo
derrotando imposibles
segura sin seguro.
Te dejo frente al mar
descifrándote sola
sin mi pregunta a ciegas
sin mi respuesta rota.
Te dejo sin mis dudas
pobres y malheridas
sin mis inmadureces
sin mi veteranía.
Pero tampoco creas
a pie juntillas todo
no creas nunca creas
este falso abandono.
Estaré donde menos
lo esperes
por ejemplo
en un árbol añoso
de oscuros cabeceos.
Estaré en un lejano
horizonte sin horas
en la huella del tacto
en tu sombra y mi sombra.
Estaré repartido
en cuatro o cinco pibes
de esos que vos mirás
y enseguida te siguen.
Y ojalá pueda estar
de tu sueño en la red
esperando tus ojos
y mirándote.

No te Salves
