lunes, 25 de agosto de 2008 | |

Noche de Terror


Ayer, domingo 24 de agosto por la noche, 4 integrantes de la Peña de Raúl Eduardo fuimos sometidos a una tortura psicológica folclórica de la cual tardaremos en recuperarnos. Nuestro viaje al tren fantasma comenzó por la tarde en Plaza Pueyrredón. Melodía Viajera, De mi Corazón al Sur (flamante identidad de ex-Una Mujer), NN también conocido como Kuni, y quien suscribe, Herida Azul, estábamos felizmente sentados en un banco (a pesar del abandono de nuestros compañeros), deleitándonos con una torta de coco y dulce de leche y otra torta marmolada, cuando De mi Corazón al Sur hizo la fatídica propuesta: tocaba el tal Chaqueño (no voy a nombrar su apellido porque ya sería demasiado) en San Jerónimo Norte, y cabía la posibilidad de ir GRATIS en auto, con los padres de De mi Corazón al Sur (de ahora en más, Fernando, porque su nombre de fantasía es muy largo). Como la palabra GRATIS es dulce melodía para nuestros oídos, sucumbimos al llamado de malignas fuerzas ocultas, y allá fuimos, con la humilde esperanza de bailar un par de chacareras, no más. Sabíamos que la propuesta musical no era precisamente encantadora, pero - supuestamente - no teníamos nada que perder, como mucho íbamos a ganar un dolor de oídos pasajero... ERROR. Llegamos, caminamos un par de cuadras en Suizolandia y cuando nos fuimos acercando a la entrada a la plaza o lo que sea, vimos unas mesitas con unos señores, talonarios de entradas en mano... sipi, por el sesquicentenario de San Jerónimo Norte, la comuna gringa cobraba 10 pesitos por someterse a un aturdimiento/embole voluntario, jej... era quedarnos tres horas sentados en el auto o pagar por este tipo. Entramos, al borde de las lágrimas. Pero faltaba un pequeño detallecito. Después de pasar la entrada nos percatamos que estaba el escenario grandototote, con muchas sillas blancas, pero... del otro lado de un alambrado. El caminito hasta las sillas nos salía 5 pesitos más. Sino, te quedabas mirando la fiesta a lo lejos, con la ñata contra el alambrado. En ese momento, Fernando, con un terrible ataque de culpa por habernos conducido al abismo, sacó 20 mangos y pagó el pase de los cuatro hacia la categoría "A" del evento (ese gesto valió que le autorizaramos a cambiar su identidad). Bueno, mucho más para agregar no hay, por suerte el recital duró sólo dos horas, el público estaba totalmente momificado, arruinamos un par de chacareras y un gato en el pastito, tratando de no torcernos un tobillo en alguno de los pozos que había, vimos una niña carpa y una desubicada sacando una hoja de lechuga con los dientes de un sandwich y escupiendola con toda la buena educación que puede caber en un microbio... en fin, QUE NOCHE LA DE ANOCHE!!!

ACLARACIÓN NECESARIA: El mayor problema de los terroríficos sucesos de anoche, no fue de bolsillo sino de conciencia, porque a partir de hoy ¿cómo podemos ir gratis a un concierto de nuestro Raly, si pagamos para ver al tal Chaqueño? ¿con qué cara? Lamento informarles que los fondos que puedan juntar para ir a Cosquín, tendrán otro destino... pagarnos el psicólogo para superar este trauma, porque sin ayuda no salimos... y más importante que un viajecito de placer es la salud de los integrantes de la Peña.
Una cosita más, debido al daño psicológico, decidimos unilateralmente decretar que la asistencia al recital esperpento vale medio punto (en tanto no es evento ralyero), lo que suma en la tabla. Ahora, más que nunca, ¡AGUANTE RALY!! Sólo con un recital suyo saldremos de esta depresión crónica.


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