
Nuestro fanatismo y consecuencia con el santito de Frías y sus apóstoles tenían que ser, al fin, recompensados. De eso se trata este concurso. Pero como somos realistas, no vamos a andar promocionando premios superlativos, como el gorro rojo del Raly, una cena con el grupo en las Termas de Río Hondo o un viaje Santa Fe - Córdoba - Unquillo en el ralymóvil. No, no, nuestros objetivos son más bien modestos, lo que no disminuye en nada la trascendencia emotiva de los premios.
El mecanismo del concurso todavía no se definió, los ganadores podrían salir de la tabla anual (jajaja), por el grado de cumplimiento de los preceptos que nos brinda el decálogo ralyero, o por un torneo, que puede ser de zapateo, de inflada de globos, o de escupida con obstáculos.
Aquellos que no ganen nada de nada, en tanto, serán los encargados de conseguir - poniendo tooodo su empeño - los 4 posibles premios, a saber:
- Uno - sólo uno - de los palillos de César, pero roto, astillado, destruído (más no pretendemos, así de humildes somos).
- Una cuerda, desechada obvio, del bajo del Mono.
- La yerba mate usada y descartada por el Príncipe, después de haber servido unos matienzos con el termo con la etiqueta de "Curtidores de Hongos" (¡Ésta es tuya, Andre!).
- Un pañuelo descartable (sin usar, che, a tanto no llegamos), que se le haya caído al Raly del bolsillo de su overol.
Así que vamos a tener que estar alertas en los próximos recitales de Raúl Eduardo, para juntar todo residuo potencialmente interesante que dejen. Y sin perder la dignidad, carajo. Advertencia: Los premios no podrán ser vendidos, canjeados ni tirados a la basura.
LES SOLICITO QUE COLABOREN CON OTRAS IDEAS PARA LOS PREMIOS, PONGAN A FUNCIONAR LOS CEREBRITOS, Y DEJEN COMENTARIOS.

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