Al final fuimos a San Carlos (Sur), petequeamos de lo lindo, la pasamos súper bien... en fín, ustedes se lo perdieron, nosotros no (tabla, tabla, tabla)... Esta vez hicieron acto de presencia Niña Luna, Juan Labrador, Guitarra de Sal, Un Pájaro Canta (los estamos recuperando), Melodía Viajera, De mi Corazón al Sur y Herida Azul (cuando no, estos tres)... y, OBVIAMENTE, lo llevamos a nuestro Santito (bue, por lo menos su imagen) para que nos acompañe y se airee un poco. También estuvieron las ánimas de Heraclio Catalino Rodríguez y Mario Pereyra, que no se callaron en todo el viaje de regreso. Como sea, valió la pena, por lo cual estos viajecitos se tienen que repetir (y la próxima, llevamos un par de mordazas, por si acaso)...
En el viaje de ida, al cumpa le dio sed...
Descansando del maratón de cuadra y media que hicimos hasta la plaza.
Practicando... uno posando para la foto, otro pinchándose con el pastito seco y la niña desplegando pollera imaginaria.
Javier, Raly (jajaj) y Andrea al pie del escenario.
Como siempre, primeros y más solos que perro malo. El chango estaba cansado, lo tuvimos que sentar.
Con Demi y la cerveza.
Con Peteco y la cerveza (¡largala, Fernando!!).
Señor Peteco y niño Homero.

Peteco sólo, nomás.

Al fín, se lanzaron a la pista...

Petecos sucesivos...

Más bailongo...

¡Y más petecongo!


En lo que queda de la casa embrujada, lo que quedó de los rayleros después de incontables birras.
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